jueves, 26 de noviembre de 2009

La Vanguardia Si tenemos la oportunidad de leer este artículo y después comentarlo con otras personas, tenemos que darle las gracias al gen FOXP2. Según han descubierto investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), la versión humana de este gen modifica la actividad de otros 116 genes en el cerebro, de modo que cambia la arquitectura del órgano y aparece el don del lenguaje. Este mismo gen actúa también en otros órganos, especialmente en actividades de coordinación motora, de modo que el aparato de fonación puede ejecutar la compleja secuencia de movimientos que permite el habla. FOXP2 emerge así como el interruptor maestro del lenguaje, ya que de él depende que se produzcan la multitud de modificaciones necesarias en el cuerpo humano para poder hablar. La investigación, que se presenta hoy en la revista Nature, responde a «una de las preguntas centrales del estudio de la evolución humana: ¿cómo hemos adquirido los humanos la capacidad del lenguaje?», explicó ayer Robert Sala, investigador de Atapuerca y de la Universitat Rovira i Virgili. El gen FOXP2 ha sido conocido como «el gen del lenguaje» desde que en el 2001 se descubrió que estaba mutado en varias personas de una misma familia que sufrían disfunciones lingüísticas. Pero faltaba explicar cómo un único gen puede regular una función tan compleja como el lenguaje, que afecta a tantas regiones del cerebro y a tantos órganos distintos. Se sabía que todos los vertebrados tienen un gen FOXP2, que interviene en funciones motoras como la coordinación muscular. Y se descubrió que sólo hay dos diferencias minúsculas entre el FOXP2 de los humanos y el de nuestros parientes más próximos, los chimpancés: concretamente, dos aminoácidos son distintos entre la proteína producida por el gen FOXP2 humano y el de los chimpancés. Para averiguar qué efectos tienen estos dos cambios de aminoácidos, los investigadores de UCLA introdujeron el FOXP2 del chimpancé en neuronas humanas. Seguidamente, analizaron qué genes están activos en estas neuronas. Y compararon los resultados con los genes activos en neuronas humanas normales. Cuando los investigadores analizaron los cultivos celulares con avanzadas técnicas genómicas observaron que más de cien genes estaban actuando de manera distinta entre las neuronas con FOXP2 humano y de chimpancé. Estos resultados se confirmaron después analizando la actividad genética en tejido cerebral de personas y chimpancés. Otra investigación publicada este año en la revista Cell observó que, si se introduce el gen FOXP2 humano en ratones, se alargan las dendritas (prolongaciones de las neuronas) en algunas regiones del cerebro y emiten más vocalizaciones. Los resultados del equipo de UCLA «muestran que un pequeño cambio en un gen puede tener grandes consecuencias; por lo tanto, dos especies pueden tener genomas muy parecidos, como nosotros y los chimpancés, y sin embargo ser muy distintas en algunos aspectos», destaca Carles Lalueza, del Institut de Biologia Evolutiva CSIC-UPF. La nueva investigación ayuda a resolver dos problemas que tenía planteados hasta ahora el estudio del origen del lenguaje. El primero es que, si un único gen actúa sobre muchos otros, «no es preciso que se hayan producido muchas mutaciones genéticas distintas, que era improbable que hubieran ocurrido al mismo tiempo, para explicar cómo los humano desarrollaron el lenguaje», apunta Robert Sala. Segundo, si FOXP2 actúa tanto sobre el cerebro como sobre el aparato de fonación, la evolución de un único gen basta para explicar cómo apareció, por un lado, la capacidad de procesar el lenguaje en el cerebro y, por otro, la capacidad de hablar. Pero no todo está explicado con FOXP2, advierten los autores de la investigación. A partir de ahora, señalan, habrá que averiguar cómo influyen en el lenguaje los 116 genes alterados por la versión humana de FOXP2. Según destaca en un comunicado Genevieve Konopka, primera autora de la investigación, «al identificar los genes influenciados por FOXP2, tenemos nuevos instrumentos para estudiar cómo el lenguaje humano está regulado a nivel molecular».

ROSALÍA DE CASTRO

ROSALÍA DE CASTRO (1837 – 1885)
Nació en Santiago de Compostela. Fue bautizada con los nombres de María Rosalía Rita. hija de padres desconocidos. Muy poco se sabe de su educación. Se sabe que en la escuela mostró talento de versificadora. También le gustaba el dibujo, la música y la declamación.
Rosalía de Castro contrajo matrimonio con Manuel Martínez Murguía, erudito cronista de Galicia. Al año siguiente Rosalía da luz a su primera hija, Alejandra, a la que han de seguir seis hijos más. Su domicilio cambió varias veces, entre Madrid y Simancas. Rosalía nunca disfrutó de buena salud. Luchó siempre contra enfermedades, y a menudo con la penuria, vivió dedicada a su hogar, a sus hijos y a su marido, nunca aspiró a la fama. Su marido fue quien la convenció para que publicara sus obras. Murió de cáncer a los cuarenta y ocho años en su casa de Padrón, la cual hoy es un museo. Todos sus hijos murieron antes que ella, sin poder dejar herederos.
Compuso sus primeros versos a la edad de 12 años. A los 17 años ya era conocida en el "Liceo de San Agustín". por su primer libro; La Flor. y Follas Novas: es el título de su último libro que contiene su manera de ver la vida, en el muestra su esencia vital. Rosalía muestra una visión sombría de la existencia humana. En los Cantares, Rosalía asume la voz del pueblo gallego. Su obra maestra en castellano es En las Orillas del Sar, versos de tono íntimo, de extraña penetración, cargados de nocturna belleza. Merece ser considerada, al lado de Gustavo Adolfo Bécquer, como la precursora de la Modernidad e iniciadora de una nueva métrica castellana.

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

Nació en Sevilla el 17 de febrero de 1836, hijo del pintor José Domínguez Insausti, que firmaba sus cuadros con el apellido de sus antepasados como José Domínguez Bécquer. Su madre fue Joaquina Bastida de Vargas. Por el lado paterno descendía de una noble familia de comerciantes de origen flamenco, los Becker o Bécquer, establecida en la capital andaluza en el siglo XVI; de su prestigio da testimonio el hecho de que poseyeran capilla y sepultura en la catedral misma desde 1622. Tanto Gustavo Adolfo como su hermano, el pintor Valeriano Bécquer, adoptaron artísticamente Bécquer como primer apellido en la firma de sus obras.
Fue bautizado en la parroquia de San Lorenzo Mártir. Sus antepasados directos, empezando por su mismo padre, José Domínguez Bécquer, fueron pintores de costumbres andaluzas, y tanto Gustavo Adolfo como su hermano Valeriano estuvieron muy dotados para el dibujo. Valeriano, de hecho, se inclinó por la pintura. Sin embargo el padre murió el 26 de enero de 1841, cuando contaba el poeta cinco años y esa vocación pictórica perdió el principal de sus apoyos. En 1846, con diez años, Gustavo Adolfo ingresa en el Colegio de Náutica de San Telmo, en Sevilla, donde recibe clases de un discípulo del gran poeta Alberto Lista, Francisco Rodríguez Zapata, y conoce a su gran amigo y compañero de desvelos literarios Narciso Campillo. Pero los hermanos Bécquer quedaron huérfanos también de madre al año siguiente, el 27 de febrero de 1847, y fueron adoptados entonces por su tía María Bastida y Juan de Vargas, que se hizo cargo de sus sobrinos, aunque Valeriano y Gustavo se adoptaron desde entonces cada uno al otro y emprendieron de hecho muchos trabajos y viajes juntos.
Se suprimió el Colegio de Náutica y Gustavo Adolfo quedó desorientado. Pasó a vivir entonces con su madrina Manuela Monahay, acomodada y de cierta sensibilidad literaria. En su biblioteca el poeta empezó a aficionarse a la lectura. Inició entonces estudios de pintura en los talleres de Antonio Cabral Bejarano y Joaquín Domínguez Bécquer, tío de Gustavo, que pronosticó «Tú no serás nunca un buen pintor, sino mal literato», aunque le estimuló a que estudiara y le pagó los estudios de latín. Tras ciertos escarceos literarios (escribe en El trono y la Nobleza de Madrid y en las revistas sevillanas La Aurora, El Porvenir y "mi amor profundo"). Marchó a Madrid con el deseo de triunfar en la literatura en 1854. Sufrió una gran decepción y sobrevivió en la bohemia de esos años. Para ganar algún dinero el poeta escribe, en colaboración con sus amigos (Julio Nombela y Luis García Luna), comedias y zarzuelas como La novia y el pantalón (1856), bajo el pseudónimo de Gustavo García en que satiriza el ambiente burgués y antiartístico que le rodea, o La venta encantada, basada en Don Quijote de la Mancha. En ese año fue con su hermano a Toledo, un lugar de amor y de peregrinación para él, a fin de inspirarse para su futuro libro Historia de los templos de España. Le interesan por entonces el Byron de las Hebrew Melodies o el Heine del Intermezzo a través de la traducción que Eulogio Florentino Sanz realiza en 1857 en la revista El Museo Universal. Fue precisamente en ese año, 1857, cuando apareció la cruel tuberculosis que le habría de enviar a la tumba. Tuvo un modesto empleo dentro de la Dirección de Bienes Nacionales y perdió el puesto, según cierta leyenda, por sorprenderlo su jefe dibujando. Su pesimismo va creciendo día a día y sólo los cuidados de su patrona en Madrid, de algunos amigos y de Valeriano le ayudaron a superar la crisis. Ese año empieza un ambicioso proyecto inspirado por El genio del Cristianismo de Chateaubriand: estudiar el arte cristiano español uniendo el pensamiento religioso, la arquitectura y la historia: «La tradición religiosa es el eje de diamante sobre el que gira nuestro pasado. Estudiar el templo, manifestación visible de la primera, para hacer en un sólo libro la síntesis del segundo: he aquí nuestro propósito». Pero sólo saldrá el primer tomo de su Historia de los
Gustavo Adolfo Bécquer, por Valeriano Bécquer, 1862
Nombre
Gustavo Adolfo Bécquer
Nacimiento
17 de febrero de 1836Sevilla, España
Defunción
22 de diciembre de 1870 (34 años)Madrid, España
Ocupación
Poeta
Nacionalidad
Español
Período
Siglo XIX
Género
Poesía y Narrador.
Movimientos
Romanticismo
Historia de los templos de España, Madrid, 1857, publicada sólo el tomo I.

Monumento a Gustavo Adolfo Bécquer colocado en el Moncayo y realizado por Luigi Maráez.
Cartas literarias a una mujer, 18601861, publicadas en El Contemporáneo.
Cartas desde mi celda, Madrid, 1864, son nueve, publicadas en El Contemporáneo.
Libro de los gorriones, 1868, manuscrito.
Obras completas, Madrid, Fortanet, 1871, 2 volúmenes.
Leyendas
El caudillo de las manos rojas, 1858.
La vuelta del combate, 1858. (Continuación de: El caudillo de las manos rojas).
La cruz del diablo, 1860.
La ajorca de oro, 1861.
El monte de las ánimas, 1861.
Los ojos verdes, 1861.
Maese Pérez, el organista, 1861.
Creed en Dios, 1862.
El rayo de luna, 1862.
El Miserere, 1862.
Tres fechas, 1862.
El Cristo de la calavera, 1862.
El gnomo, 1863.
La cueva de la mora, 1863.
La promesa, 1863.
La corza blanca, 1863.
El beso, 1863.
La Rosa de Pasión, 1864.
La creación, 1861.
¡Es raro!, 1861.
El aderezo de las esmeraldas, 1862.
La venta de los gatos, 1862.
Apólogo, 1863.
Un boceto del natural, 1863.
Un lance pesado.
Memorias de un pavo, 1865.
Las hojas secas.
Historia de una mariposa y una araña.
La voz del silencio, 1923, dado a conocer por Fernando Iglesias Figueroa.
La fe salva, 1923, dado a conocer por Fernando Iglesias Figueroa.
La mujer de piedra, inacabada.
Amores prohibidos.
El rey Alberto.
Teatro
La novia y el pantalón
La venta encantada
Las distracciones
La cruz del valle
Tal para cual
Hoy salió sol
Artículos
Crítica literaria
El maestro Herold
La soledad
El Carnaval
La Nena
Las perlas
La mujer a la moda
La pereza
La ridiculez
Caso de ablativo
El grillito cantor
Otras obras
Los Borbones en pelota, junto con su hermano Valeriano Domínguez Bécquer.
Véase también
Literatura española del Romanticismo: el Romanticismo en el marco literario español.
Escritores españoles del Romanticismo: listado de autores románticos.
Romanticismo: visión general del movimiento.
Literatura de España: evolución de

jueves, 19 de noviembre de 2009

FOXP2

Descubren el gen del lenguajeLa Vanguardia Si tenemos la oportunidad de leer este artículo y después comentarlo con otras personas, tenemos que darle las gracias al gen FOXP2. Según han descubierto investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), la versión humana de este gen modifica la actividad de otros 116 genes en el cerebro, de modo que cambia la arquitectura del órgano y aparece el don del lenguaje. Este mismo gen actúa también en otros órganos, especialmente en actividades de coordinación motora, de modo que el aparato de fonación puede ejecutar la compleja secuencia de movimientos que permite el habla. FOXP2 emerge así como el interruptor maestro del lenguaje, ya que de él depende que se produzcan la multitud de modificaciones necesarias en el cuerpo humano para poder hablar. La investigación, que se presenta hoy en la revista Nature, responde a «una de las preguntas centrales del estudio de la evolución humana: ¿cómo hemos adquirido los humanos la capacidad del lenguaje?», explicó ayer Robert Sala, investigador de Atapuerca y de la Universitat Rovira i Virgili. El gen FOXP2 ha sido conocido como «el gen del lenguaje» desde que en el 2001 se descubrió que estaba mutado en varias personas de una misma familia que sufrían disfunciones lingüísticas. Pero faltaba explicar cómo un único gen puede regular una función tan compleja como el lenguaje, que afecta a tantas regiones del cerebro y a tantos órganos distintos. Se sabía que todos los vertebrados tienen un gen FOXP2, que interviene en funciones motoras como la coordinación muscular. Y se descubrió que sólo hay dos diferencias minúsculas entre el FOXP2 de los humanos y el de nuestros parientes más próximos, los chimpancés: concretamente, dos aminoácidos son distintos entre la proteína producida por el gen FOXP2 humano y el de los chimpancés. Para averiguar qué efectos tienen estos dos cambios de aminoácidos, los investigadores de UCLA introdujeron el FOXP2 del chimpancé en neuronas humanas. Seguidamente, analizaron qué genes están activos en estas neuronas. Y compararon los resultados con los genes activos en neuronas humanas normales. Cuando los investigadores analizaron los cultivos celulares con avanzadas técnicas genómicas observaron que más de cien genes estaban actuando de manera distinta entre las neuronas con FOXP2 humano y de chimpancé. Estos resultados se confirmaron después analizando la actividad genética en tejido cerebral de personas y chimpancés. Otra investigación publicada este año en la revista Cell observó que, si se introduce el gen FOXP2 humano en ratones, se alargan las dendritas (prolongaciones de las neuronas) en algunas regiones del cerebro y emiten más vocalizaciones. Los resultados del equipo de UCLA «muestran que un pequeño cambio en un gen puede tener grandes consecuencias; por lo tanto, dos especies pueden tener genomas muy parecidos, como nosotros y los chimpancés, y sin embargo ser muy distintas en algunos aspectos», destaca Carles Lalueza, del Institut de Biologia Evolutiva CSIC-UPF. La nueva investigación ayuda a resolver dos problemas que tenía planteados hasta ahora el estudio del origen del lenguaje. El primero es que, si un único gen actúa sobre muchos otros, «no es preciso que se hayan producido muchas mutaciones genéticas distintas, que era improbable que hubieran ocurrido al mismo tiempo, para explicar cómo los humano desarrollaron el lenguaje», apunta Robert Sala. Segundo, si FOXP2 actúa tanto sobre el cerebro como sobre el aparato de fonación, la evolución de un único gen basta para explicar cómo apareció, por un lado, la capacidad de procesar el lenguaje en el cerebro y, por otro, la capacidad de hablar. Pero no todo está explicado con FOXP2, advierten los autores de la investigación. A partir de ahora, señalan, habrá que averiguar cómo influyen en el lenguaje los 116 genes alterados por la versión humana de FOXP2. Según destaca en un comunicado Genevieve Konopka, primera autora de la investigación, «al identificar los genes influenciados por FOXP2, tenemos nuevos instrumentos para estudiar cómo el lenguaje humano está regulado a nivel molecular».

martes, 3 de noviembre de 2009

primer ejercicio informatica

Mi pueblo es un publo situado al principio de la sierra de cuenca u al final de la alcarria conquense. Este pueblo de siempre a sido como una ciudad para los pueblos de alrrededor, hoy en dia priego cuenta con unos 1300 habitantentes pero ace muchos años pudollega a ber unos 5000 habitantes.